B E N D I C I O N E S
Mateo  13:16


Tienes un privilegio único.  ¿Cuántas personas en el mundo querrían competir en tu deporte?  ¿A cuántas personas les encantaría ver lo que ves y oír lo que oyes tú?


En Mateo capítulo 13 y verso 16, Jesús dice, “Pero dichosos los ojos de ustedes porque ven, y sus oídos porque oyen.”  Es cierto que puedes ver todas las cosas y oír los sonidos físicamente, pero hay algo más que eso.


Sé agradecido en un nivel más profundo.  Hay miles de personas que les encantaría ver lo que ves y oír lo que oyes diariamente.  Ver el deporte desde el banquillo en vez desde las tribunas.  Oír lo que no se puede oír desde el nivel más alto del estadio – es algo en que sueñan muchas personas.


Si vamos a otro nivel, tienes el privilegio único de ser parte de un equipo y experimentar la profundidad de relación que es poco frecuente en el mundo fuera de deportes.


Mientras te preparas para competir hoy, da las gracias por lo que ven tus ojos y lo que oyen tus oídos.  Busca el desempeño inspirador de tus compañeros.  Escucha las palabras de ánimo de tus entrenadores.  Escucha también la bendición de Dios.

El plan de lectura:
Marcos 3:20-35
1 Corintios 8
P R O V I D E N C I A
Proverbios 16:9

¿Te has preguntado alguna vez por qué tu camino parece zigzaguear?  ¿Por qué estoy aquí?  ¿Cómo terminé en este lugar cuando yo iba para allá?  Muchas atletas hacen estas preguntas mientras consideran sus caminos en busca de sus metas deportivas.


En Proverbios 16 y versículo 9 tal vez encontramos una repuesta, “El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor.” 


Todas los deportistas que conozco a veces se acuestan en su cama y sueñan de lo que quieren lograr, los premios que quieren recibir, la carrera que quieren  buscar.  En su mente él planifica su camino.


Pero de alguna manera, se desvía de ese sendero que lo lleva a realizar sus sueños y no sabe cómo es que llegó allí.  Aquí está esa palabra consoladora en este versículo.  Es la manera en que el Señor dirige nuestros pasos a lo largo del camino para el cumplimiento de Sus propósitos en nuestras vidas.  El Señor ve claramente el mejor camino para nosotros.  Él ve muy claramente lo que necesitamos para prepararnos para nuestro último lugar de servicio.  Es cierto que podemos hacer planes – y es bueno hacerlos – pero es Dios quien nos encamina a lo largo de la vida.


Dale las gracias a Dios por dirigir tu vida.  Pídele para que te ayude a planificar tu camino y por la gracia de confiar en Él en toda tu vida.

El plan de leer:
Salmos 78:40-72
Josué 20-21
R E C O M P E N S A S
Colosenses 3:24-25


Toma un momento para pensar en las recompensas que vienen por competir en un deporte.  Hay muchos premios por jugar bien.  Es probable que hayas pensado en cosas como trofeos, anillos, y medallas.  Quizá también hayas pensado en recompensas más intangibles como la satisfacción, la fama y la euforia.  Contrariamente, cuando el desempeño es pobre, las recompensas son nada atractivas.  Ahora, independientemente de nuestra posición en el deporte, podemos recibir ambos tipos de recompensas dependiendo de nuestra ejecución.


El apóstol Pablo escribió sobre las recompensas en su carta a los Colosenses en el capitulo 3 y versículos 24 y 25, “Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor.  El que hace el mal pagará por su propia maldad, y en esto no hay favoritismos.”


Lo emocionante de estos versos es que podemos contar con otra base de recompensas que es más segura que nuestra última actuación en el campo.  La recompensa que proviene de la herencia no está fundada en tu actuación sino en tu relación con Dios por Jesucristo.  Cristo recompensa a los que están relacionados con Él con regalos como amor, paz, seguridad, paciencia y el autodominio.  A los competidores que aman a Dios, estas recompensas les parecen más perdurables y de un valor mayor que las que provienen por la actuación en el deporte.


Mientras te preparas para esta competición, pon todo tu esfuerzo para jugar lo mejor posible.   Busca con fuerza las recompensas que proviene de jugar bien en tu deporte.  Pon toda confianza en Jesucristo y cosecha las recompensas diarias de tu herencia en Él.

El plan de lectura:
Marcos 2:13-17
1 Corintios 6:1-11
T r a d i C i o n E s

Marcos 7:9

Cada deporte tiene so propio conjunto de tradiciones o prácticas que son  parte de su cultura e historia.  ¿Alguna vez la tradición violó tu consciencia o hizo que te preguntaras si debías involucrarte en ella?  Jesús tenía unos comentarios duros que decirles  a personas acerca de cosas parecidas.

Escuchemos cuando Él se enfrentó a unas personas sobre tradiciones tontas en Marcos capitulo 7 y verso 9, “ —¡Qué buena manera tienen ustedes de dejar a un lado los mandamientos de Dios para mantener sus propias tradiciones!”  Jesús se enfrentó a estas personas mientras racionalizaban el evitar el cumplimiento de los mandatos sencillos de Dios para hacerse pasar como buenas personas delante de otras.

Si creemos que los demás engañan en el proceso del reclutamiento, ¿es aceptable que hagamos lo mismo nosotros?  Si tu deporte tiene un rito de iniciación violento que se hace en contra de jugadores jóvenes, ¿será una buena idea solamente porque es una tradición?  ¿De quién tomamos consejos éticos dentro del mundo deportivo?  Tenemos que considerar estas preguntas difíciles.

Jesús señala la fuente de verdad más perdurable en lo que respecta a estándares éticos.  Es la Palabra de Dios.  La Biblia nos habla directamente acerca de todos los asuntos de la vida, incluyendo la competición y las éticas que necesitamos para competir con justicia y equidad. 

En la competición de hoy, compite fuerte y justamente.  Compite con gran pasión y dentro del reglamento deportivo.  Compite de tal manera que honre a tus compañeros, tus entrenadores, tu familia y aun a Dios.

El plan de lectura:
Salmo 76
Josué 13-14
L I B E R T A D

Gálatas 5:13


¿Cuál es la diferencia entre la libertad y el libertinaje? ¿En
qué se diferencian la libertad y la anarquía? ¿Cuando es que se cruza la línea de vivir libremente a aprovecharse de lo demás? Las escrituras de hoy tienen algunas pautas sobre buenas relaciones entre compañeros.



En el capítulo 5 y versículo 13, Pablo escribe a sus amigos
gálatas, “Les hablo así, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor.” Pablo les da a sus amigos una palabra de ánimo y otra de amonestación.



Aquí tenemos una guía en términos personificados para que
la entendamos: El libertinaje dice, “Yo haré lo que quiera sin tomar en consideración a los demás.” La libertad dice, “Yo haré lo que es lo mejor para todos.” La anarquía dice, “No es asunto de nadie sino de mí mismo de cómo vivo mi vida.”
La libertad dice, “Soy libre para tomar buenas decisiones que benefician a mis compañeros.”



En el partido de hoy y en toda la vida, haz las decisiones en
la libertad que proviene del regalo de una vida renovada en Dios. No caigas en la trampa de pensar que tu vida es solamente tuya y que no afecta a nadie. Como equipo, cada jugador afecta directamente a los demás, en el campo y afuera. Juega en gran libertad hoy. Haz de esto el esfuerzo más grande del año.



El Plan de Lectura Bíblica:
Lucas 1:67-80
Efesios 3:14-21
R E S P E T O

2 Reyes 1:13-14


¿Oíste alguna vez un comentario irrespetuoso o viste un gesto por parte de un competidor que enardeció la ventaja competitiva de su contrincante y dio la derrota de su equipo?  Pasa más a menudo de lo que te puedes imaginar y las escrituras de hoy nos cuentan de un ejemplo parecido.

En el Antiguo Testamento, en el Segundo Libro de Reyes, capítulo 1 y versículos 13 y 14,  dice, “Por tercera vez el rey envió a un oficial con otros cincuenta soldados. Cuando éste llegó hasta donde estaba Elías, se puso de rodillas delante de él y le imploró:    —Hombre de Dios, le ruego que respete mi vida y la de estos cincuenta servidores suyos.  Sé bien que cayó fuego del cielo y consumió a los dos primeros oficiales y a sus soldados. Por eso le pido ahora que respete mi vida.—“

Este hombre era más sabio que los dos que lo precedieron.  Ellos mostraron una falta de respeto por el hombre de Dios y los consumió el fuego.  Él sabía que Elías no era un hombre con el cual se podía jugar y tomó una postura adecuada.

Mientras competimos, tal vez nos ayudaría ignorar ciertas actitudes para no provocar problemas.  Si tu contrincante está luchando y parece que ha tenido un mal día, no digas tonterías.  En vez de humillarlo con tus palabras, dale el respeto apropiado y quizá él no te destruya en el segundo período. 
         
El plan de lectura:
Marcos 9:14-32
1 Corintios 16
Salmo 94
Rut 4
F U E R Z A   Y   D E B I L I D A D

2 Corintios 12:9

¿Escuchaste de la carrera de basquetbolista Kareem Abdul Jabbar?  Tengo suficiente edad para haberlo visto.  En esos días, la liga universitaria en Estados Unidos tenía la “regla que prohibía clavados”.  A pesar que su estatura era de 2.18 m (7.15 pies), su porcentaje más alto de encestadas fue quitado.  Sin embargo, la regla que podía haber debilitado su juego hizo que él desarrollara varias técnicas:   un tiro hecho desde el aire, el gancho de canasta o “sky hook”, mejores movimientos cerca de la cesta y más; convirtiéndolo en el jugador más dominante de su era.  La percepción de su debilidad se convirtió en la fortaleza de su carrera.

En la segunda carta de Pablo a sus amigos en Corinto, él les anima con pensamientos parecidos en el capítulo 12 y verso 9, “Pero él mi dijo, Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad.”  Pablo cita las palabras del Señor a él con respeto a sus debilidades personales.

A veces el Señor utiliza nuestras debilidades como la plataforma para desplegar su gran poder.   Dios evidencia su poder a través de las personas que a nuestro parecer son las más débiles.  Es la manera de Dios para ejecutar su fuerza a través de nuestras debilidades.

En el partido de hoy, cuando parezca que se fue toda tu fuerza, ¡mira adelante!  Porque es ahora cuando estás en una posición ideal para que Dios muestre su poder en tu vida.  Él está listo a revelar su fuerza cuando hemos agotado todos nuestros recursos naturales.  Cuando lleguemos al límite de nuestro ser y de nuestra energía, Él estará allí.  Pon tu mejor esfuerzo hoy, y después mira cómo el Señor te fortalecerá para alcanzar cosas aun más grandes.

El plan de lectura:
Marcos 9:1-13
1 Corintios 15:29-58
Salmo 93
Rut 2-3
P L A N E S
Proverbios 16:3

¿Cuáles son tus planes para esta temporada?  ¿Tienes objetivos para tu equipo o para ti mismo?  ¿Cuáles son las claves para realizar tus proyectos?

En Proverbios capítulo 16 y verso 3 encontramos un principio importante, “Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán.”

¿Cómo es que  comprometemos todo lo que hacemos al Señor?  Tenemos que hacer todas las actividades de la vida con oración, a la manera de Dios.  Compromete tu vida entera a hacer la voluntad de Dios, escoge Sus caminos – en la universidad, en el entrenamiento, en la competición, en relaciones con tu familia, en amistades y en relaciones.  Pon todo en manos del Señor. 


La promesa es que cuando hacemos esto, Él trabaja en nosotros para ver que nuestros planes se cumplan.  Esto asume que tú ya tienes planes.  Haz un plan que dará honra a Dios, después compromete todo de ti mismo al Señor.  El Señor es fiel y su promesa es que Él velará para que se cumplan nuestros planes.


Mientras oras, empieza a comprometerte al Señor.  Entrégale la competición de este día y mira cómo Él cumple tus proyectos.

El plan de lectura:
Marcos 8:31-38
1 Corintios 15:1-28
Salmo 92
Rut 1
D E S C A N S O

Mateo 11:28

¿Alguna vez te cansas?  Claro que sí.  ¿A veces parece que arrastraras un ancla de aquí para allá por el entrenamiento?  No tiene que ser así.

Las palabras de Jesús son registradas en el capítulo 11 y versos 28 y 29 de Mateo.  Allí dice, “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.  Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma.30 Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana.” 

Cuando llevamos el yugo del Señor, dejamos el que hemos llevado.  Es como quitar el ancla de tu cuello y reemplazarla con un lindo collar.  En vez de ser una carga, es un adorno.  Aumenta tu vida con hermosura y libertad.

Cuando te encuentres fatigado, con agotamiento, descansa en la seguridad de saber que el yugo de Jesucristo es suave y su carga es liviana.  Deja que tu alma encuentra descanso en su corazón humilde y tierno.  Aprende de Él y tu energía y pasión por el deporte se renovará también.

El plan de lectura:
Marcos 8:22-30
1 Corintios 14:26-40
Salmo 91
Jueces 20-21
F U E R Z A   R E N O V A D A

Salmos 61:1-3

¿Cuándo empiezas a perder ímpetu en la temporada?  ¿Cuándo empieza a faltarte la energía?  ¿Qué puedes hacer para recobrar tu fuerza y vitalidad?

En Salmo 61 y verso 1 al 3, escuchamos una oración poética para renovar la fuerza.  Allí leemos, “Oh Dios, escucha mi clamor y atiende a mi oración.  Desde los confines de la tierra te invoco, pues mi corazón desfallece; llévame a una roca donde esté yo a salvo. Porque tú eres mi refugio, mi baluarte contra el enemigo.”

El escritor se sentía totalmente aislado y vulnerable.  Se sentía como si estuviera en el borde de la tierra, clamando a Dios mientras que su corazón se volvía cada vez más débil.  Él vio a Dios como su roca, refugio y baluarte contra sus enemigos.

Tal vez se sientan de este modo cuando sus fuerzas están decayendo y sus músculos duelen.  Tal vez el entrenamiento y las competiciones los estén agotando física, mental, y emocionalmente.  ¿Qué van a hacer cuando el corazón se debilite?

Mientras se preparan para competir hoy, sigan el ejemplo del escritor y clamen a Dios para que sea su refugio y baluarte contra sus enemigos.  Hoy, sus enemigos pueden ser la fatiga y el dolor.  Allí donde estén, oren y Él estará allí para apoyarles y protegerles.


El plan de lectura:
Marcos 8:14-21
1 Corintios 14:1-25
Salmo 90
Jueces 19

T R A B A J O   D U R O

Colosenses 3:23

¿Cómo miras el deporte en el cual compites?  ¿Te parece sólo un juego o es más importante que esto?  ¿Cómo entrenas?  ¿Das todo el esfuerzo que tienes y  todo lo que eres para mejorar tus habilidades? ¿O en tus entrenamientos sólo intentas salir del paso y hacer lo necesario nada más para que el entrenador no te moleste?  La Biblia nos da unas palabras de ánimo sobre el trabajo y el entrenamiento.

Mi versículo preferido relacionado al trabajo está en la carta de Pablo a sus amigos colosenses, en el capítulo 3 y versículo 23.  Aquí él dice, “Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo.”  En tu caso esto tal vez se relacione al campo deportivo.  ¿Cómo debemos ver estas cosas?  Con ganas, esto es con todo nuestros corazones.

Pudiéramos decir que debemos dar todo en pos de lograr la excelencia.  Da todo de ti para hacer el trabajo que está delante de ti.  ¿Por qué?  Porque finalmente servimos a Dios en lo que hacemos y no sólo a los entrenadores o a nuestras universidades.

Honramos a Dios cuando buscamos con entusiasmo la excelencia en nuestro trabajo.  Démosle honra a Dios en la manera en que competimos y confiemos en que Dios nos dará los resultados.  Da el mejor esfuerzo que puedas en la competición de hoy.

El plan de lectura:
Marcos 8:1-13
1 Corintios 13
Salmo 89:19-52
Jueces 17-18

L I D E R A Z G O D E V A L O R

L I D E R A Z G O   D E   V A L O R

Marcos 6:46-51


¿En tu vida como competidor, has experimentado alguna vez una valentía y un espíritu tranquilo que era sobrenatural en medio de una lucha y un  tremendo temor?  Para muchos de nosotros, la respuesta es “sí” y también para Jesús.


Leemos de un ejemplo así en el evangelio de Marcos, en capítulo 6 y versículos 46 al 51.  Allí dice, “Cuando se despidió, fue a la montaña para orar.



Al anochecer, la barca se hallaba en medio del lago, y Jesús estaba en tierra solo.  En la madrugada, vio que los discípulos hacían grandes esfuerzos para remar, pues tenían el viento en contra. Se acercó a ellos caminando sobre el lago, e iba a pasarlos de largo.  Los discípulos, al verlo caminar sobre el agua, creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar, llenos de miedo por lo que veían.




Pero él habló en seguida con ellos y les dijo: ¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo.  Subió entonces a la barca con ellos, y el viento se calmó. Estaban sumamente asombrados.”






Hay varias cosas que están sucediendo aquí, pero enfoquémonos en unos pocos: Los buenos líderes del equipo son conscientes de la condición del equipo.  Jesús vio que su equipo estaba batallando con los remos y fue a ver como estaban.

         
Los buenos líderes animan a sus compañeros con palabras firmes.  Jesús les dijo tres oraciones simples a sus discípulos aterrorizados y con esto acalló sus temores.  Él les dijo,  ¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo.  Esto fue suficiente.

Los buenos líderes del equipo calman a sus compañeros con sólo el hecho de estar presentes.  En cuanto Jesús subió a la barca, el viento se calmó.  Algunos de ustedes llevan la calma solamente con entrar a la competición.  Sé un buen líder en la competición de hoy y tu equipo entero tendrá éxito.

El plan de lectura:
Marcos 7:24-37
1 Corintios 12:14-31
Salmo 89:1-18
Jueces 16

S I E M B R A Y C O S E C H A

S I E M B R A    Y   C O S E C H A

2 Corintios 9:6

Hagamos un ejercicio sencillo utilizando nuestra lógica hoy. Si un agricultor siembra 100 libras de semilla y otro siembra 10,000 libras, ¿cuál tendrá la cosecha más grande?  ¿Fácil, no?   ¿Quieres otro?


En la segunda carta a los Corintios, en capítulo 9 y verso 6, el apóstol Pablo escribe, “Recuerden esto: Él que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará.”  Parece bastante simple, invierte mucho, se te devolverá mucho. Suena como lo que esperan los inversionistas en el mercado de valores.


Esta regla se aplica a todas las áreas de la vida: el trabajo, el dinero, los estudios, las relaciones, los entrenamientos, todo.  En la siembra y la cosecha; siempre cosechamos después de que sembramos; siempre cosechamos más de lo que sembramos y siempre cosechamos exactamente lo que sembramos.  Como ya has sembrado mucho en el entrenamiento, debes esperar cosechar mucho en el día del partido.  Si has sembrado poco en el campo del entrenamiento, debes esperar a cosechar poco durante la competición.


Confío en que hayas invertido con generosidad en la vida de este equipo.  Por lo tanto, espero que coseches una recompensa buena en este partido.  Espero que las horas del trabajo, estudio y las horas de sudor y esfuerzo produzcan una gran victoria hoy.

El plan de lectura:
Marcos 7:1-23
1 Corintios 12:1-13
Salmo 88
Jueces 13-15

D E S V E N T A J A

D E S V E N T A J A

I Samuel 17:48-50


¿Qué es la peor desigualdad en un partido que has experimentado?  ¿En cuál lado estabas?  ¿Eras el favorito a ganar o no?  ¿Cómo fue el resultado del juego?     

Leemos de tal conflicto en Primera Samuel,  capítulo 17 y versículos 48 al 50, “En cuanto el filisteo avanzó para acercarse a David y enfrentarse con él, también éste corrió rápidamente hacia la línea de batalla para hacerle frente. Metiendo la mano en su bolsa sacó una piedra, y con la honda se la lanzó al filisteo, hiriéndolo en la frente. Con la piedra incrustada entre ceja y ceja, el filisteo cayó de bruces al suelo. Así fue como David triunfó sobre el filisteo: lo hirió de muerte con una honda y una piedra, y sin empuñar la espada.”

Esta historia nos muestra uno de la más grandes desigualdades – el desamparado, el pequeño hombre, David – mata al favorito – el gigante, el filisteo, con la honda y una piedra.  Nótese la actitud de David en la competición, corrió rápidamente hacia la línea de combate para encontrarse con el gigante.  No hubo temor, ni duda, ni intimidación.  Estaba listo y dispuesto a dar su mayor esfuerzo.

Mientas compites hoy, deshazte de cualquier temor o intimidación que tal vez sientas ante el contrincante. 

Compite con la confianza, lanza la piedra, mata al gigante y entonces corta su cabeza grande y fea.


El plan de lectura:
Marcos 6:45-56
1 Corintios 11:17-34
Salmo 87
Jueces 10-12

E N T R E N A D O R E S Y A T L E T A S

E N T R E N A D O R E S   Y   A T L E T A S

Mateo 10:24-25

¿Quiénes son tus héroes en este juego?  ¿Quién ha sido tu mentor en tu carrera?  ¿No sería buenísimo ser como ese jugador?  ¿No te gustaría emular a tu mentor?


En Mateo capítulo 10 y versos 24 y 25 dice, “El discípulo no es superior a su maestro, ni el siervo superior a su amo. Basta con que el discípulo sea como su maestro, y el siervo como su amo.”  Parece que Jesús quiera que estas relaciones queden en su debido orden.


Seríamos insensatos suponer que tenemos todo el conocimiento, sabiduría y habilidades más allá que las de nuestros héroes.  Nos saltaríamos las normas si nos jactáramos de los talentos que tenemos mientras que estamos en la presencia de nuestros mentores.


De la misma manera, deberíamos guardar nuestras actitudes con los entrenadores, los líderes del equipo y con otros vinculados al equipo.  Deberíamos observar y tener cuidado de lo que decimos y como nos relacionamos unos con otros.  

Ciertamente debemos aspira a ser como nuestro maestro y  amigo Jesucristo.  El logro en la vida sería vivir como Él.  Da tu mejor esfuerzo hoy en honrar a tus líderes, mentores y entrenadores.  También le darás honra a Jesús.

El plan de lectura:
Marcos 6:30-44
1 Corintios 11:1-16
Salmo 86
Jueces 9

N O H A Y A M O R M Á S G R A N D E

N O   H A Y   A M O R   M Á S   G R A N D E
Juan 15:13

¿Cuál es el estándar para medir el compromiso, la lealtad y el trabajo en equipo?  ¿Y para una familia?  ¿Una amistad?  Vamos a ver lo que Jesús dice en la carta que leeremos hoy.

En Juan capitulo 15 y verso 13 leemos, “Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos.”

Allí está de nuevo, el tema tan repetido sobre el servicio y sacrificio.  Jesús nos desafía otra vez a ofrecernos por el bien de nuestros compañeros.

¿Cómo se da la vida?  Pensémoslo.
·        Sacrificar tus objetivos personales por los de tu equipo.
·        Sacrificar tus sueños egoístas de gloria por el bien del equipo.
·        Jugar menos minutos para que se desarrollen otros jugadores.
·        Sacrificar tu cuerpo para hacer una jugada por el equipo.
·        Sacrificar tu ego para elogiar a tus compañeros y entrenadores.
·        Querer y servir a tu equipo más que buscar tu propio orgullo y fama.

Juguemos hoy con estas actitudes y démosle a todo el mundo un ejemplo del amor que Jesús dice que es el más grande.




El plan de lectura:
Marcos 6:14-29
1 Corintios 10:14-33
Salmo 85
Jueces 8