H U M I L D A D
Juan 3:30
¿Cómo es la humildad verdadera? ¿Es caminar cabizbajo con los hombros desplomados? O tal vez sea el callado, “Gracias,” cuando recibes un halago. Quizá sea algo aún más grande.
En el evangelio de Juan en el capítulo 3 y verso 30 leemos, “A él le toca crecer, y a mí menguar.” Estas son las palabras de Juan el Bautista cuando se estaba criticando a su primo más joven, Jesus de Nazaret.
Por favor ten en cuenta que este hombre, Juan, es la primera persona en 400 años en hacer el trabajo que realiza. ¡ÉL ES EL HOMBRE! No hay nadie más en su liga. Aquí llega Jesus y Juan inmediatamente desvía los elogios y la honra hacia Jesus. Aún más, él dice que Jesús tiene que crecer y Juan tiene que menguar.
Esto es la humildad verdadera. Juan supo quien era el más grande, Jesús. Él se enteró de que Jesús era Dios y así le dio el respeto y la honra que el Señor merecía.
Una dinámica parecida funciona con los buenos equipos. Todos nosotros sabemos quien es el jugador más talentoso y quien debe tener la pelota en los momentos cruciales. Desviemos la pelota hacia él como lo hizo Juan con Jesús.
Por el bien del equipo, demos el respeto y la honra apropiada a nuestros compañeros. Al ejercitar la verdadera humildad, nos hallaremos a nosotros mismos como ganadores de otro tipo, de Dios. Que tengan un gran partido hoy.
El Plan de Lectura Bíblica:
Lucas 23:26-31
Hebreos 10:1-18
Lucas 23:26-31
Hebreos 10:1-18