V I D A S   F R U C T Í F E R A S
Juan 15:4


 ¿Qué tan  exitoso puede ser una estrella del deporte sin sus compañeros y entrenadores?  ¿Qué tan bien competiría ese jugador si se enfrentara solo a sus contrincantes?  Son obvias las respuestas y Jesús pinta una imagen aun más clara de nuestra dependencia en la carta de hoy.

 En Juan capitulo 15 y verso 4 leemos, “Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí.”

 ¿Cómo se llama una rama que se separa de la vid?  ¡Leña!  Si ya ha sido cortada de la fuente de vida, no dará ningún fruto.

 Es lo mismo con los jugadores en un equipo.  No importa cuan productivo ha sido el jugador; si se separa del equipo, no puede ser fructifero.  Un delantero estrella no puede tener éxito sin un volante.  En voleibol, un  rematador estrella no puede anotar estupendamente si no recibe un buen pase.  Los mejores jugadores de basquetbol no pueden competir si el plan del juego es cinco contra uno.

 Sólo podemos dar fruto si nos mantenemos adheridos a nuestra fuente.  Para nosotros los deportistas, el equipo y los entrenadores son los que nos proveen la oportunidad de dar fruto.  Para cada uno de nosotros en la vida, nuestra fuente es Jesús, así que tenemos que permanecer en Él. 


Él es el Dador de la verdadera vida.  Haz de esta una competición fructífera quedándote enraizado en la vida de tu equipo.


El plan de lectura:
Mateo 25:14-30
Romanos 8:18-39
Salmo 60
Números 31-32

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