S A B O R
Mateo 5:13
¿Has masticado un chicle hasta que se ha terminado la última gota de sabor? ¿Y entonces, qué hiciste? Yo lo sé.
En el evangelio de Mateo en el capítulo 5 y verso 13 él escribe, "Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee.”
En el evangelio de Mateo en el capítulo 5 y verso 13 él escribe, "Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee.”
¿Qué hace que la sal sea valiosa como condimento? Su sabor distintivo es lo que parece que Jesús está destacando aquí. Es más, Él dice que si se pierde su sabor salado, su distinción, no vale para nada. Tú eres la sal de la tierra. Si pierdes tu singularidad, se disminuye tu valor en el equipo.
Seríamos un equipo tan insípido si cada jugador fuera sólo un clon de los demás. Cada jugador trae un sabor único al equipo y contribuye a su éxito.
Mientras oras previo a la competencia de hoy, agradece a Dios por el papel único que desempeñas en el equipo. Agradécele por tus compañeros y el don de vida que traen al equipo. Emplea cada uno de esos dones en pos de una gran victoria.
El plan de lectura:
Mateo 28:11-20
Romanos 16
Salmos 71
Deuteronomio 33-34
Mateo 28:11-20
Romanos 16
Salmos 71
Deuteronomio 33-34
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