S E G U R I D A D
Salmos 37:23-24


¿Cuán seguro te sientas respeto a tus habilidades atléticas?  ¿Está asegurada tu posición en el equipo como una roca o estás en arena movediza?  ¿De dónde proviene tu seguridad para la vida deportiva y la vida en general?

El rey David nos comparte la fuente de su seguridad a través del Salmo 37, versículos 23 y 24.  Allí leemos, “El Señor afirma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir; podrá tropezar pero no caerá, porque el Señor lo sostiene de la mano.”

 Este hombre no era perfecto; de hecho, tenía algunas fallas en su carácter.  No obstante, el mantuvo su relación con Dios como su prioridad.  Por eso él estaba muy seguro.

 Algunos de nosotros encontramos nuestra seguridad en nuestra fuerza, velocidad, talentos, o habilidades técnicas.  El problema es que ninguno de estos perdurará para siempre.  Todos se disiparán con tiempo.

 Desarrollar relaciones es la clave para tener seguridad con el pasar del tiempo.  Al mantener nuestras relaciones con compañeros, encontraremos mayor seguridad en nuestro equipo.  Al comprometernos fuertemente con nuestros amigos y familia, estaremos aún más seguros fuera del campo de la competición.  Al  desarrollar una relación profunda y amorosa con Jesucristo, Dios nos sostendrá con su mano fuerte y estaremos seguros toda nuestra vida.


El plan de lectura:
Mateo 27:45-56
Romanos 14
Salmos 69:1-18
Deuteronomio 27-28

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